Las inversiones sostenibles son aquellas que están enfocadas hacia el cuidado y respeto por el medioambiente,
por un lado, y hacia la eficiencia energética por otro. Son inversiones que, además de buscar una rentabilidad económica,
también buscan otro tipo de beneficios, como son una contribución a la mejora de las condiciones de vida,
un menor impacto ecológico y el ahorro energético a largo plazo.
Todos los sectores e inversores de distinta condición, muestran una tendencia exponencial a escoger este tipo de inversiones,
en activos inmobiliarios sostenibles. Las razones son variadas y no en todos los casos podemos hablar de motivos altruistas o de conciencia social.
El caso es que los activos inmobiliarios de carácter sostenible están considerados, desde hace unos años, como una de las inversiones en alza,
en todos los mercados inmobiliarios del mundo y especialmente en Europa.
Tabla de contenidos
Inversiones sostenibles en Europa
Desde el año 2005 nuestro continente es pionero en la implementación de nuevas normativas y directrices que relacionan directamente
la sostenibilidad con el desarrollo de planes urbanísticos. En España, por ejemplo, todos los edificios públicos que se construyan
a partir de 2018 deberán adaptarse a una normativa más ecológica, normativa que se hará extensiva a todo tipo de construcciones a partir del 2020.
Esto supone que la inversión en activos inmobiliarios sostenibles no es una moda o una tendencia pasajera,
sino un planteamiento para mejorar el nivel ecológico de nuestras ciudades y mejorar la vida de todos mediante el ahorro energético
y la reducción de emisiones contaminantes.
Inversiones sostenibles en España
La legislación española cuenta con un Decreto Ley del año 2014, por el que las entidades locales con superávit en sus cuentas,
deberán reinvertir la cantidad en inversiones sostenibles. Esos proyectos son a largo plazo y están sujetos a un control
presupuestario que garantice su viabilidad financiera.
Entre estas inversiones públicas, las más habituales son las que inciden en la actualización y mejora de infraestructuras,
orientándolas hacia un camino más ecológico. Por ejemplo, mejoras en los sistemas de alumbrado
(incluso hay localidades que han cambiado el alumbrado público tradicional por farolas solares), alcantarillado o reciclaje de basuras.
Pero, como es lógico, además de estos proyectos de infraestructura, en ocasiones vemos grandes obras que demuestran
la preocupación de las entidades públicas por la sostenibilidad.
El primer edificio público en España con certificación LEED internacional (Leadership in Energy and Environment Design) se construyó en 2011.
Se trata de un antiguo estanco en el centro de Roses, cedido por su propietaria al Ayuntamiento para albergar un centro de actividades socioculturales.
Inversiones sostenibles en el marco empresarial
Para industrias y empresas, la inversión en activos inmobiliarios es, en muchos casos, una cuestión de obligación.
Las compañías necesitan disponer de instalaciones en las que desarrollar sus actividades lo cual los convierte necesariamente en inversores inmobiliarios.
Aunque este enfoque sí está cambiando y la tendencia es que cada vez resulta más habitual el hecho de que las empresas,
utilizan la inversión en activos inmobiliarios como una estrategia corporativa más, en búsqueda de una rentabilidad
que pueda contribuir a ejercicios que arrojen dividendos positivos.
Las empresas que invierten en activos inmobiliarios suelen tener preferencia por adquirir edificios sostenibles
para sus oficinas y edificios corporativos y no lo hacen por motivos de conciencia ambiental, sino pensando en el ahorro que acompaña a su uso.
Para una empresa, una reducción de entre el 70 y el 90 % en gastos de energía supone una diferencia sustancial en sus cuentas.
Eso sin contar con otros beneficios que les ofrecen este tipo de edificios, como es una mayor racionalización de los espacios de trabajo
y una mejora de sus servicios con un menor coste operativo y de mantenimiento, etc…
Las empresas que invierten en activos inmobiliarios sostenibles son bastante exigentes con las certificaciones oficiales,
ya que son una garantía de la calidad de su adquisición, aunque les suponga un sobrecoste.
La certificación LEED (Leadership in Energy and Environment Design) que mencionábamos anteriormente
y la certificación BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method )
son las que habitualmente se exigen en este tipo de operaciones inmobiliarias.
Invertir en viviendas sostenibles
Las viviendas sostenibles se asocian al mercado inmobiliario de lujo por su alta calidad.
Son viviendas que desde su planteamiento se enfocan a la eficiencia energética y el ahorro,
teniendo siempre en cuenta a premisa del confort y tiene su máximo exponente en las casas pasivas.
Aunque la construcción de viviendas sostenibles no tiene que ser necesariamente más costosa que una construcción tradicional,
sus altos estándares de calidad, los materiales de alta gama y los acabados perfectos, les suponen el coste de una casa de alto standing.
También hay que tener en cuenta que las viviendas sostenibles, a menudo son también inteligentes,
y disponen de avanzados sistemas domóticos que permiten controlar muchas se sus instalaciones, así como sofisticados sistemas de seguridad.
El coste inicial de las viviendas sostenibles se compensa con el confort que brindan en su interior,
que sí es superior a otras viviendas de un precio similar, consideradas lujosas.
Algunas de las razones que determinan la inversión en viviendas sostenibles son:
– Temperatura del interior de la vivienda equilibrada, en todas las habitaciones y
durante todo el año son necesidad del uso de sistemas convencionales de calefacción y refrigeración.
– Un mejor aprovechamiento de los recursos del entorno, como las condiciones climáticas, medioambientales y, sobre todo, la luz natural.
– Una máxima optimización de la energía consumida que, a menudo, se complementa con energías renovables.
Esto supone una doble ventaja, por un lado el ahorro de energía y por otro una considerable reducción de emisiones contaminantes.
– Tecnología de vanguardia para electrodomésticos y otros aparatos.
Uso de electrodomésticos inteligentes y de alto rendimiento que consiguen minimizar el gasto ofreciendo grandes prestaciones.
– Sistemas de control inteligente para muchas de las funciones del hogar,
que pueden ser automatizadas y controladas por los usuarios mediante paneles inteligentes o incluso desde el smartphone.
– Racionalización del espacio interior para su máximo aprovechamiento.
Interiores amplios y luminosos con amplios ventanales y revestimientos de materiales naturales.
– Racionalización del espacio exterior, con diseños de jardines personalizados que incorporan sistemas de riego
con agua reciclada y piscinas que renuevan el agua y se limpian solas.
Otra de las razones para invertir en viviendas sostenibles es dejarse llevar por la tendencia del mercado,
que las apunta directamente y las califica como casas rentables.
Las casas de hormigón están de moda
Uno de los materiales más utilizados en la construcción de viviendas sostenibles es el hormigón,
que ha pasado de considerarse un simple material de obra a ser tratado como un material decorativo.
El hormigón es otro de los materiales que ha evolucionado gracias a la tecnología, el que se usa hoy en día se conoce como hormigón polímero.
Este hormigón es un material ligero, que se puede montar rápidamente, gracias a sistemas panelables y, además, en seco,
agilizando enormemente el proceso de construcción.
Otro tipo de viviendas de hormigón son las que van encofradas con varillas de hierro incluidas, ofreciendo mayor rigidez, siendo estructuras monolíticas.
Otra de las ventajas ecológicas que ofrece es que el volumen de residuos que genera durante su manipulación es mínimo.
El hormigón es el material más frecuentemente asociado a las construcciones sostenibles, ya que es un gran aislante térmico,
que facilita el ahorro de energía. Un buen aislamiento térmico es la clave para que un edificio pueda ser considerado sostenible, sea cual sea su utilidad.
El aislamiento térmico es lo que permite hablar realmente de ahorro energético y de medir un edificio en términos de eficiencia.
Gracias al aislamiento térmico podemos eludir la utilización de sistemas tradicionales de climatización.
Por eso, en las viviendas sostenibles casí no es necesaria la instalación de calefacción, ni de aire acondicionado, ya que el aislamiento térmico,
trabajando a la par con el aprovechamiento de los recursos climáticos y medioambientales, es capaz de generar una temperatura estable dentro de una vivienda.
Lo más asombrosos del sistema de aislamiento térmico que se utiliza en las viviendas inteligentes,
es que una de sus funciones es la de ser capaz de conservar el calor que se genera en el interior, es decir,
el calor que generan las propias personas que residen en la casa, o el calor de los aparatos domésticos, como por ejemplo, los electrodomésticos.
Por eso, cada vez están más de moda las casas de hormigón, ya que es un material especialmente receptivo a los diseños y condicionantes de la bioarquitectura.
También por eso, se suele asociar este material a las construcciones de diseño.
Además de estas ventajas, el hormigón es un material muy dúctil, que se puede encontrar en distintos formatos,
con acabados y efectos sorprendentes y la posibilidad de distintos tipos de pulido,
siendo de fácil colocación y resultados óptimos para revestimientos de fachadas y suelos.
La llegada del NEOPOR, como aislante térmico, a revolucionado el sector, ya que este tipo de aislante esta considerado el mejor aislante del planeta,
muy recomendado para la construcción de estructuras de casas y edificios, protege el hormigón al máximo, aumentando la vida útil de este.
Casas rentables para inversiones sostenibles
Hemos visto muchos aspectos que justifican el que recomendemos la inversión en viviendas sostenibles.
Está demostrado que son casas rentables, activos inmobiliarios cuyo valor esta en alza.
Para los propietarios tienen la ventaja de que pueden beneficiarse de exenciones y bonificaciones fiscales y para sus habitantes,
ofrecen un gran ahorro a medio y largo plazo. Todo ello cumpliendo los más altos estándares de confort y calidad.
Si aún tienes dudas en cuanto a su calidad o rentabilidad, nuestra sugerencia es que busques el consejo de un profesional experto.