Los edificios de consumo de energía casi nula son Inteligentes, eficientes, sostenibles y, en definitiva, los mejores precursores de nuestra buena salud.
Así nos imaginamos los edificios del futuro, sin embargo, de lo que no somos conscientes es de que cada vez esta realidad se sitúa más en el presente.
Las nuevas soluciones constructivas nos brindan la posibilidad de conseguir que nuestros edificios sean cada vez más eficientes energéticamente y que, incluso, estemos hablando de edificios de consumo o energía casi nula (EECN).
Tabla de contenidos
- 1 ¿Qué son los “edificios de consumo de energía casi nula” (EECN)?
- 2 Diseño, innovación y eficiencia son las claves de los EECN
- 3 ¿Un edificio antiguo puede convertirse en EECN (edificios de consumo de energía casi nula)?
- 4 ¿Cómo se consigue un edificio neutral energéticamente (NZEB)?
- 5 Certificados LEED y BREEAM para conseguir un edificio EECN
¿Qué son los “edificios de consumo de energía casi nula” (EECN)?
Un edificio tiene un consumo de energía concreto, el cual se puede mitigar a través de distintos mecanismos y tecnologías que hagan que éste use esa energía de manera más eficiente.
De esta forma, cuando hablamos de los edificios de consumo de energía casi nula,
estamos diciendo que dicho inmueble es aquel que tiene una demanda energética muy baja y consigue una alta eficiencia energética.
Os damos algunos datos. En Europa, el consumo energético de los edificios representa un 40% del consumo de energía total.
Si tenemos en cuenta que tres cuartas partes de esta energía se produce a partir de fuentes no renovables,
no nos extrañará confirmar que los edificios europeos son los responsables de expulsar a la atmósfera el 36% de emisiones de dióxido de carbono.
Muchas veces nos fijamos en el transporte, sin embargo con estas cifras resulta obvio que el sector residencial
necesita hacer también una revisión a fondo de su rendimiento energético y medioambiental.
Los edificios, sin importar el uso que tengan, deben mejorar su eficiencia energética y reducir el volumen de emisiones que generan.
Así, existen distintas normativas que apoyan esta nueva línea de pensamiento.
Sin ir más lejos, la Unión Europea está detrás de conseguir regular la construcción de nuevas edificaciones
haciéndolas más eficientes y consiguiendo que formen parte del exclusivo club de los denominados edificios de consumo de energía casi nula.
Éste va a ser uno de los grandes retos del sector de la construcción en Europa actualmente
porque estamos a menos de dos años de cumplir los objetivos que se diseñaron en la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/EC).
En este documento se establecen los parámetros que deben cumplir los edificios nuevos construidos a partir de 2020.
Una directiva que va a afectar no solo a los arquitectos sino también a todos los agentes implicados en el sector como constructoras,
promotoras o fabricantes de materiales de construcción. Todos se verán forzados a adaptar sus equipos y procedimientos para poder operar a partir de entonces.
Un dato curioso es que algunos países van a obligar a todos sus edificios a que cumplan la normativa a partir de esa fecha.
Sin embargo, otros comenzarán aplicándola en edificios de un uso determinado inicialmente para más tarde extenderlo a todos.
Los edificios públicos serían por ejemplo en este caso, los primeros.
Una de las cuestiones clave de esta directiva europea es que aquella pequeña parte de energía que consuma
un edificio de consumo casi nulo deberá proceder de fuentes renovables.
El objetivo es reducir el impacto ambiental de los edificios y mejorar su rendimiento energético.
Esto puede ahorrarle a Europa el desperdicio de cerca del 5% de la energía.
Por otro lado, la aplicación de estas medidas colaborará no solo al ahorro energético sino a la reducción
del gasto público en salud de los gobiernos. Estas medidas también están encaminadas a mejorar el bienestar
de las personas que viven o trabajan en estos edificios haciendo que su estancia allí sea más confortable y, sobre todo, más saludable.
Diseño, innovación y eficiencia son las claves de los EECN
Para construir un edificio nuevo EECN (edificios de consumo de energía casi nula) el diseño debe ser funcional,
acudiendo a soluciones constructivas que apoyen, fomenten y mejoren la salud y bienestar de sus ocupantes desde distintos puntos de vista.
La iluminación, los materiales, las pinturas o el aislamiento térmico, pueden ser las claves para cumplir esta función.
Y la parte más fundamental, es que éstos edificios están diseñados y construidos para que su funcionamiento
en condiciones normales necesiten una cantidad muy escasa de energía. Eso sí, la reducción en el consumo
no debe significar reducir también el confort o la calidad del aire o materiales utilizados.
Al contrario se trata de conseguir parámetros de comodidad óptimos a través de medidas naturales y sostenibles para su construcción.
El mayor reto entra, no obstante, cuando hablamos de rehabilitar edificios antiguos.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de edificios actualmente no son energéticamente eficientes
y cambiar su estructura para que lo sean no es tarea fácil o ni si quiera posible en ocasiones, por eso se debe recurrir a otras medidas.
¿Un edificio antiguo puede convertirse en EECN (edificios de consumo de energía casi nula)?
Por supuesto. Teniendo en cuenta que gran parte de los edificios en Europa tiene más de 50 años,
éste tipo de inmuebles no puede quedar al margen de esta normativa. De hecho, es donde tiene más sentido y utilidad su aplicación.
Estos edificios se construyeron en un momento en el que la tecnología y los conocimientos
sobre estos temas eran muy básicos e incipientes por lo que apenas algunos tienen un rendimiento energético eficiente.
En este caso, la rehabilitación de uno de estos edificios pueden conseguir un ahorro energético de al menos un 40% o 50%.
Hoy en día los avances en arquitectura e ingeniería han evolucionado hacia técnicas más respetuosas con el medio ambiente
y que además buscan la mayor eficiencia energética de los edificios, tanto durante la construcción como la rehabilitación.
¿Cómo se consigue un edificio neutral energéticamente (NZEB)?
No solo se trata de que el edificio no gaste. Ni siquiera de que ahorre energía o desperdicie la menor posible,
estamos hablando de que genere parte de la energía que más tarde consumirá para que el balance sea prácticamente igual en un lado que en otro de la ecuación.
Así por ejemplo, la instalación de paneles solares en los tejados es una de las soluciones que se plantean.
Al menos parte de la energía suministrada puede obtenerse de la energía solar que además de gratuita, es energía limpia.
También se usan mejores aislamientos en las paredes para mantener el confort térmico,
evitando las fugas de calor o frío en los distintos momentos del año.
La colocación de grifos de bajo consumo evita, a su vez, el desperdicio de agua.
Las ventanas y las puertas deben estar bien aisladas. De esta manera, no habrá excesivas pérdidas de confort térmico.
Otro asunto importante son los electrodomésticos.
Si todos tienen un rendimiento energético eficiente, denominado triple A+++, el gasto energético será bajo.
Los inmuebles nuevos que apliquen estas técnicas de eficiencia van a tener ahorros de energía de entre el 60% y el 80% respecto a los que no lo hagan.
Además, como decíamos, éstas medidas se pueden aplicar también a los edificios antiguos al igual
que se les puede añadir fuentes de producción de energía renovable como paneles solares o molinos de viento en el tejado.
O en las persianas de las ventanas. A través de acumuladores, parte de la energía consumida será renovable
y no habrá tanto gasto de electricidad proveniente de la red eléctrica.
El único temor que existe es que sea más caro construir este tipo de edificios por el sobrecoste que supone reforzar los aislamientos de muros y paredes.
No obstante los expertos en la materia no lo creen así, estiman que el sobre coste puede llegar a un máximo de un 10%,
rentabilizandolo en un máximo de 5 años. En el futuro este tipo de construcción será más económica, algo que revalorizará posteriormente los inmuebles.
Certificados LEED y BREEAM para conseguir un edificio EECN
En España, ya se pueden ver decenas de edificios que cumplen con esta normativa.
Aquí se aplican de manera especial dos certificados ambientales internacionales que gozan de gran prestigio en este sentido.
Uno de ellos es el conocido como certificado BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology)
que valora los niveles de sostenibilidad de todo tipo de edificios. Lo hace en todas las fases,
desde el diseño a la construcción y su posterior mantenimiento.
Lleva más de 20 años aplicándose y ya hay cerca de 541.000 edificios en todo el mundo que cuentan con esta certificación.
También hay que tener en cuenta otro certificado ambiental muy importante llamado LEED (Leadership in Energy & Environmental Design).
Al igual que el anterior, desde 1993 busca evaluar los edificios en distintos aspectos relacionados con la sostenibilidad.
Así, la eficiencia en el uso del agua, la calidad de aire interior o el uso de energías alternativas para contrarrestar
su consumo energético y conseguir ser más eficientes son algunas de las medidas sugeridas para conseguirlo.
Los plazos ya están establecidos y el tiempo corre. Regiones como Madrid, País Vasco,
Navarra o Zaragoza están a la cabeza en nuestro país en la aplicación de estas propuestas.
Pero las demás deberán seguirlas de cerca ya que a partir de finales de 2018 todos los edificios públicos
nuevos que se construyan deberán ser edificios de consumo de energía casi nula.
Un tan solo un par de años más, en 2020, la normativa se empezará a aplicar a las edificaciones nuevas de ámbito privado.
Pronto entraremos en los edificios del futuro, que no solo serán inteligentes, sostenibles y eficientes, sino que cuidarán de sus residentes como si de un pequeño tesoro se tratara.
Agradecemos la aportación de información y verificación de datos en este post a:
CLIO BERUETE
Periodista especializada en temas medioambientales y sostenibilidad constructiva