Las nuevas políticas europeas de descarbonización y eficiencia energética

Si nos referimos a las nuevas políticas de descarbonización y eficiencia energética debemos tener en cuenta que,

desde la firma de los Acuerdos de París de 2015, la Unión Europea no ha hecho más que avanzar en sus políticas comunitarias en aras de la descarbonización de la economía.

De ahí que los distintos sectores económicos se hayan visto obligados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan sus industrias.

En este sentido, la construcción ha sido también uno de ellos.

Su objetivo desde entonces se ha centrado en crear edificios sostenibles

pero también energéticamente más eficientes y con una huella de carbono lo más discreta posible.

Las acciones de la Unión Europea en materia de Clima y Energía hasta el año 2030 tienen objetivos ambiciosos,

en concreto reducir las emisiones en un 40% en relación a los datos existentes en 1990.

Para ello pretende aumentar la producción y consumo de energía de origen renovable y mejorar la seguridad y sostenibilidad energética en Europa.

El objetivo, en definitiva, es renovar el parque inmobiliario actual convirtiéndolo en edificios de energía casi nula antes de alcanzar 2050.

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¿A qué problemática nos estamos enfrentando?

Hay que tener en cuenta un dato muy importante y es que el 50% del consumo final de energía en los países de la Unión Europea va destinado a la calefacción y la refrigeración.

De esta energía, al menos el 80% se consume en edificios.

Por eso se hace especialmente crítica la necesidad de construir edificios nuevos más eficientes energéticamente

pero también de renovar el parque inmobiliario ya existente actualizando sus sistemas energéticos para hacerlos más eficientes,

incluso estudiando meticulosamente la posibilidad de incluir fuentes de energía renovable para hacerlos, además, más sostenibles.

Otro dato interesante a tener en cuenta es que todas aquellas labores constructivas de renovación

planificadas a largo plazo y que permitan acometer un ahorro energético

continuado podrían ayudar a combatir también la pobreza energética.

Sin ir más lejos y, según los cálculos de la Unión Europea,

el aumento del ahorro energético en al menos un 1% podría permitir reducir en un 2,6% las importaciones de gas,

disminuyendo así la dependencia energética de la Unión Europea de otras regiones del mundo.

reciclado ambiental

En este sentido, se tienen en cuenta dos directivas europeas muy importantes

a las que debemos ajustarnos y que quedaron revisadas y actualizadas el pasado mes de mayo de 2018.

Se trata de la Directiva 2010/31/UE y la 844/2018 que establecen las medidas relativas

a las estrategias de renovación a acometer a largo plazo por parte de los países

miembros para mejorar la eficiencia energética de los edificios.

Y también la Directiva 2012/27/UE que contempla ciertas modificaciones y apuntes relativos a la eficiencia energética.

Ambas toman como primer plazo para la ejecución de los parámetros de eficiencia energética de los edificios europeos el año 2020.

¿Qué medidas concretas ayudan a mejorar la eficiencia energética de los edificios?

Aunque éstas medidas se tendrán en cuenta en los edificios de nueva construcción,

el reto más importante se encuentra siempre a la hora de renovar los edificios ya existentes.

Tengamos en cuenta que la mayoría del parque inmobiliario europeo tiene más de 50 años,

por lo que previsiblemente no serán eficientes energéticamente.

Es aquí donde éstas medidas tienen más sentido ya que pueden suponer un ahorro energético de entre un 40% y un 80%.

energética

Temperatura estable:

Aquellos edificios más eficientes tendrán una temperatura interior estable y homogénea procurando un confort y bienestar más elevado para sus ocupantes.

En este sentido, se eliminarán los puentes térmicos o los aislamientos inadecuados en puertas,

ventanas y otro tipo de cerramientos. Y, lo más importante,

se evitará la bajada de temperatura en cualquiera de las estancias a niveles de temperaturas cercanas al punto de rocío para no provocar la aparición de humedades.

Se trata de garantizar un aislamiento compacto y homogéneo de todas las estancias del edificio.

Interior saludable:

Especial atención merece la calidad del aire interior de los edificios.

Se trata de eliminar todas las sustancias tóxicas que pueda contener el edificio,

tanto en los materiales utilizados como en la circulación del aire.

En cumplimiento de la Directiva 2009/148/CE y 2016/2248 se eliminará la presencia de amianto y de otras sustancias tóxicas en las renovaciones de edificios.

aire limpio

Aislamiento exterior e interior:

Es vital que las medidas de eficiencia energética no se centren solamente en la envolvente del edificio.

También deben dedicarse esfuerzos a estudiar y mejorar todos los elementos y sistemas técnicos del edificio,

sobre todo aquellos relativos a procedimientos que de manera pasiva van encaminados

a reducir las necesidades energéticas tanto de los sistemas de calefacción como de refrigeración.

Otra cuestión importante es evaluar el uso de la energía para los sistemas de iluminación y ventilación ya que éstos también intervienen en proporcionar confort térmico.

De esta manera y, esta vez sí en lo que se refiere a la envolvente del edificio,

se puede estudiar la instalación de cubiertas verdes en la fachada o en los tejados.

Se trata de una solución eficaz encaminada a mejorar el aislamiento aportando mayor estabilidad

en la temperatura interior del edificio evitando grandes oscilaciones tanto del uso de la calefacción como de la refrigeración.

Otra medida exitosa para mejorar el aislamiento es a través del reforzamiento

con materiales como el grafeno o el NEOPOR en paredes y estructuras del edificio y así mejorar el confort térmico.

cubiertas verdes

Dispositivos de control de temperatura:

se trata de instalar aparatos de autorregulación en cada una de las estancias del edificio

para poder medir de forma independiente la temperatura de cada lugar y conseguir así mantener una homogeneidad térmica en todo el edificio.

Instalación de paneles solares o sistemas eólicos:

para que un edificio consiga reducir su gasto energético es interesante

que pueda producir parte de la energía que posteriormente va a utilizar.

Esto se puede realizar a través de la instalación de fuentes de energía renovable como la fotovoltaica o eólica que, además, son energías limpias.

instalacion de paneles solares

Eficiencia en el uso del agua:

la instalación de grifería de bajo consumo para evitar el desperdicio de agua y sistemas para el reciclaje de aguas grises.

 

El hogar y el coche eléctrico

Para lograr una descarbonización completa de la economía,

además de trabajar sobre los edificios,

la Unión Europea también hace hincapié en el transporte ya que es el causante del 25% de las emisiones de efecto invernadero en Europa.

Por eso, por primera vez, la normativa incluye una extensión al hogar como puede ser el vehículo de uso particular.

Pero no cualquier vehículo, sino aquel de motorización eléctrica.

En este sentido y en lo que atañe a la construcción,

la irrupción del vehículo eléctrico hace que se tengan que tener en cuenta distintas

actuaciones relativas a facilitar la instalación de puntos de recarga en los edificios.

Ya sean para uso particular, centros de trabajo o de uso lúdico como los centros comerciales,

los inmuebles deberán contemplar la preinstalación de la infraestructura necesaria

para la aplicación de los requisitos para la electromovilidad.

Esto no solo ahorrará costes futuros sino que puede incluso ayudar a mejorar la eficiencia energética del edificio.

En el caso del hogar particular parece claro.

Varios fabricantes están ya estudiando la manera de convertir la batería

del vehículo eléctrico en fuente de alimentación eléctrica para el hogar en caso de emergencia o cortes de suministro.

Todo ello aún en ciernes pero cuya previsión deberá tener muy bien analizada el sector de la construcción.

certificados energéticos

Certificados de eficiencia energética de los edificios serán fundamentales

Cada vez cobrarán más importancia los certificados de eficiencia energética de un edificio.

De hecho, ya es obligatorio en España obtenerlos antes de efectuar la venta de un inmueble.

Pero sobre todo pueden servir como base de datos para conocer el estado

actual del parque inmobiliario de un país en cuanto a eficiencia energética para poder proporcionar políticas y medidas más concretas para mejorarla.

En esta misma línea de actuación se establecen distintas inspecciones a realizar de manera periódica en los edificios:

Inspección instalaciones de calefacción:

se deberán establecer para aquellos sistemas de calefacción y ventilación con una potencia nominal útil superior a 70 kW.

Dicha revisión incluirá una evaluación del rendimiento y dimensionado de la bomba de calor

en comparación con los requisitos de calefacción del edificio y para optimizar su eficiencia en condiciones de funcionamiento habitual.

En este sentido, aquellos edificios que no tengan un uso residencial y una potencia

nominal útil de más de 290 kW deberán estar equipados como tarde en 2025 con sistemas de monitorización,

registro y análisis de consumo energético para permitir su adaptación de manera continuada.

inspecciones

Inspección de instalaciones de aire acondicionado:

al igual que con los sistemas de calefacción se realizarán inspecciones para analizar

el rendimiento y optimizar su eficiencia en condiciones de uso normales en el caso de una potencia nominal superior a 70kW.

Y a partir de 290 kW, si el edificio no es de uso residencial se incluirá la instalación de sistemas de automatización y control antes de 2025.

Esto además servirá para revalorizar los edificios en los que se hayan realizado

trabajos de mejora de la eficiencia energética ya que supondrá un ahorro de emisiones en el futuro y también de costes para los residentes.

La lucha contra las emisiones de efecto invernadero en Europa va a ser una tarea larga y extenuante.

huella de carbono positiva

Estamos hablando de un cambio profundo en la estructura energética de todo el territorio europeo.

Sin embargo, el sector de la construcción lleva décadas implementando sistemas para mejorar

el rendimiento energético de los edificios reduciendo así su huella de carbono.

De hecho, varias certificaciones como la BREEAM, Passivhaus, LEED o el WELL Building Standard son algunas de las más punteras en este sentido y deberán tenerse muy en cuenta a la hora de cumplir con las nuevas exigencias europeas.

 

Agradecemos la aportación de información y verificación de datos en este post a:

CLIO BERUETE

Periodista especializada en temas medioambientales y sostenibilidad constructiva

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