Los resultados han dejado claro que el concepto de comunidad debe primar, porque entienden que ésta es una parte intrínseca al ser humano.
Somos seres sociales y no sabemos vivir sin ese colectivo de personas que comparte con nosotros nuestra filosofía de vida, intereses y preocupaciones.
Pero, ojo, también pone en alerta al consumidor para que no se deje llevar por el marketing que implica unir la idea de wellness al real estate.
Este instituto pretende subrayar las claves para migrar estos conceptos de una manera lógica, equilibrada y real, teniendo como última consecuencia la creación de una comunidad alrededor de esta tendencia constructiva.
De ahí que no baste con lavar la imagen de los edificios sino incluir espacios
para el ejercicio físico, para estar al aire libre, para desarrollar actividades en común y socializar.
A esto lo llaman pasar del wellness pasivo que implica los elementos físicos y estructurales de una vivienda, como pueden ser el agua, el aire, la
iluminación o el sonido a el wellness activo, porque los propias estancias, pasarelas, porches, jardines, provocan que el residente haga una vida
activa, saludable y en comunidad.